Publireportajes y entrevistas > Hugo Laurencena

La mirada sagrada. El objeto y su sombra. La mirada como forma de vida, como lugar en el mundo, en un tiempo infinito que se detiene, otra vez, por obediencia a la mirada. Laurencena es dueño de una técnica prodigiosa y de una sagacidad visual que ha concitado la atención de destacados coleccionistas alrededor del mundo.

¿Te consideras un pintor hiperrealista? No, de ninguna manera. Porque el concepto del hiperrealismo es ajustarse estrictamente a aquello que se está mirando. Antes quizás lo hacía, pero ahora no. En el hiperrealismo lo que atrae al espectador es algo así como una cercanía del hecho estético, lo hace pensar que esa obra la podría hacer él mismo. Lo mío, imagino, es una forma de realismo. ¿Qué postura tienes frente a los objetos, y qué significa transformarlos en una obra de arte? Yo no creo que haga obras de arte. Creo que estoy prestando un servicio aquí en este mundo, que hago lo que sé hacer y a veces estoy bastante cansado. Me gustaría hacer otras cosas que no sé. Por ahora estoy placentero con esto que hago. ¿Pero es una cuestión de placer o de necesidad? No, definitivamente es una cuestión de placer y de ideísmo. Y allá voy, no se a dónde, pero voy. El instrumento más importante en el artista es el ojo. El ojo es una máquina impresionante, ve de forma periférica. Es mucho más sabio que cualquier otro elemento de lectura. Es luz que llega a esa maravilla que tenemos los seres humanos que es el cerebelo y que le permite a cada uno interpretar no sólo lo que está delante, sino aquello que está detrás, aquello que está a un costado. Es una lectura compleja del todo y sus rebotes. Todo se inicia con la luz. Quien entiende este espacio entre la luz y todo aquello que puede interpretarse del mundo, entiende esta maravilla infinita. ¿Qué mira tu mirada? Dicho de otro modo, qué quiere atrapar tu mirada de aquello que propones como modelo de tus cuadros? Raúl Santana dice de mí en su libro “Huellas del Ojo” que: “Laurencena crea un enigma, proponiendo un silencioso viaje hacia el corazón de las cosas, que ahora adquieren un protagonismo inesperado”. Entonces es eso, sacar del contexto al objeto y ubicarlo en una situación, no irreal, pero sí de falta de referencias dentro del plano estético. ¿Hay diferencias entre la realidad y lo visible? ¿O la realidad para ti es una fuente infinita difícil de representar? Laurencena acerca el borrador del libro “La mirada como obligación”, una retrospectiva sobre su obra que escribe Marcela Quiróz Luna.- “Aquí hay citas muy interesantes y que hablan de estas cosas. Dijo Jean Baudrillard “Las cosas han encontrado un medio de escapar a la dialéctica del sentido, que las aburría. Consiste en proliferarse al infinito, potencializarse, insistir en su esencia en una escalada a los extremos”. Esto lo describe a la perfección. Extracto de la entrevista realizada por León Hepner. Fotos: León Hepner